DEJA DE QUEJARTE
Quiero compartirles a través de la escritura unos audios que escuche del escritor Máximo Jerez Jiménez; y dice lo siguiente:
Érase una vez una señora que no encontraba alivio a tantos problemas, los problemas eran tantos que ella sufría de una depresión profunda que no le permitía levantarse de la cama; un día fue a platicar con el cura, el cura muy gentil y muy amable después de escuchar todas sus quejas respecto a la conducta de su marido y a las conductas de sus familiares le dijo:
¡no culpes a nadie, no te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida, acepta la responsabilidad de edificarte a ti misma y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar, eres tu quien debe corregirse, en ti está el triunfo verdadero pues el ser humano siempre tiene el triunfo en las cenizas de sus errores, nunca te quejes del ambiente o de quienes te rodean, tú tienes la solución a todos tus problemas lo único que tienes que poner es acción, siempre las circunstancias son las circunstancias sean buenas o sean malas y la voluntad de Dios debe de seguir el compás de tu corazón!.
¡Mira mujer! ¡no te quejes de tu pobreza, ni de tu soledad ni de tu suerte, tu eres quien debe enfrentar valientemente y aceptar que de una u otra manera son tus problemas los resultados de tus actos y la prueba que has de ganar ante Dios es superarlos; mujer no te amargues con tu propio fracaso ni se lo cargues a nadie, tu acepta tu compromiso o seguirás de manera infantil justificándote siempre y no madurarás, recuerda que cualquier momento es bueno para iniciar y que ninguno es tan terrible para claudicar o para evadir tus propias responsabilidades!, ¡mujer deja ya de engañarte eres la causa de ti misma, tu tienes la necesidad de resolver tus problemas, en ti está el éxito o el fracaso, en tu acción está el éxito y en la falta de ella tu fracaso, si tú has sido la causa de la falta de responsabilidad o el exceso de ella, tu y únicamente tu puedes resolver tu problema emocional!.
¡Nunca olvides mujer que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente y que para remediar tu futuro tendrás que cambiar tu presente!, ¡mujer debes de nacer de tu dolor mismo y crecer para que cada día seas más grande, los obstáculos son muchos y en vez de ver tus propias barreras, quieres acusar a los demás de tus propios obstáculos, esos obstáculos son tus metas, son tus objetivos, es lo que debes de hacer hora tras hora día tras día, momento a momento para que tengas tu entorno armonioso como tú lo deseas comienza con el servicio, el servicio contigo misma para que puedas servir a tu señor, para que puedas bien tratar a toda tu familia, eres tu quien debe de reconocer tu valía, eres tú quién debe de poner toda la voluntad y vencer la debilidad para poder encontrar los motivos que eviten justificarte y encontrar pretextos para todo tipo de cosas, es mejor que encuentres razones y las razones son poderosas, Dios te dará la fuerza, pídelo y lo tendrás, recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacer, reconociéndote a ti misma serás más libre, serás más fuerte, serás más decidida, más lúcida y entonces encontrarás tu camino, ese camino que guiará tu camino con tus pasos, tu propio camino, tus pasos serán de un camino florido, tus pasos harán una senda certera en donde encontrarás el camino hacia tu destino y ese se construye diario, diario debes levantarte y mirar qué es lo que hace falta y hacerlo, todo es comenzar y no rendirte hasta terminar, una gran tarea requiere de muchas pequeñas tareas, ninguna tarea es tan pequeña como para no tener la dignidad que te va a dar la gran valía que tienes en esta vida, nunca pienses en la buena o mala suerte esas no tienen justificación ni siquiera existen, existe el éxito, existe el trabajo, existe la acción, existe la actividad y es lo que debes de encontrar para encontrarte contigo misma en la satisfacción de todo lo que hagas para hacerte feliz haciendo felices a los tuyos; así fue como esta mujer desde ese día encontró que ella podía darle toda las comunidades a su marido y a su familia para que cada vez que la viesen, ella sin decir palabra alguna tuviese el rostro de satisfacción, de alegría, de entusiasmo y así poder encontrar la felicidad que tanto anhelaba y que estaba dentro de ella y que solamente necesitaba salir a través de las acciones con el amor a Jesucristo